El exceso de población jabalinera está causando la intensificación de batidas de caza y su prolongación de las cacerías hasta fechas muy avanzadas, sobre todo en el noroeste peninsular.
El exceso de población jabalinera está causando la intensificación de batidas de caza y su prolongación de las cacerías hasta fechas muy avanzadas, sobre todo en el noroeste peninsular.
Esta última circunstancia da como resultado que se estén abatiendo un gran número de hembras preñadas y de que algunos rayones (crías de jabalí en edad dependiente de sus madres) queden desamparadas al separarse de sus progenitoras en las batidas.
Los cazadores de algunas zonas de Cataluña están francamente disgustados con estos hechos que van contra sus principios, aún a sabiendas de que muchas de sus batidas tienen un carácter más ligado a la gestión medioambiental que a la caza.
El Departamento de Agricultura declaró el año pasado el estado de emergencia cinegética en 180 de los 221 municipios de la provincia de Girona por la proliferación de jabalíes, que son ya la primera causa de accidentes de tráfico y producen cuantiosas pérdidas en el sector agrícola.
La declaración conllevó medidas especiales para reducir las poblaciones con batidas excepcionales y actuaciones especiales de los Agentes Rurales. La proliferación de jabalíes es tal que incluso han llegado a varias ciudades y poblaciones pese a que en 2014 los estos agentes doblaron las actuaciones del año 2013 para abatirlos en zonas urbanas.
El Departamento de Agricultura detectó ya en 2012 un espectacular crecimiento de la especie según el programa de seguimiento que tiene activo desde 1998. Especialmente conocida es la superpoblación en el área de Collserola donde se hablaba incluso de un accidente cada dos días en la carreteras de la zona por irrupción de jabalíes.
Los motivos principales de esta explosión demográfica son la inexistencia de depredadores naturales, la abundancia de alimentación en estas comarcas, la significativa reducción de cazadores y el cruce con especies alóctonas liberadas en la naturaleza de forma irresponsable.
Agricultura autorizó más batidas que nunca. En toda Cataluña fueron cazados en 2013 un total de 35.000 ejemplares, 20.000 más que en 1993, y con la mitad de los 120.000 cazadores que había entonces. En Girona, se abatieron 15.120 ejemplares. El 95% de ellos fueron presa de los cazadores de los 247 cotos existentes, mientras el resto fueron víctimas de los Agentes Rurales.
Sin embargo a fecha de hoy, el problema persiste y a falta del balance de la temporada –que finalizará el último día del mes en curso– todo apunta a que las poblaciones de jabalíes no habrán disminuido significativamente; antes más hay quien afirma que a pesar de haberse abatido gran cantidad de ejemplares, su número permanezca estable como ha venido ocurriendo los últimos años. Al menos, la actividad cinegética ha servido para frenar el crecimiento desmesurado, pero todo apunta a que sería positivo que ésta se adelante en vez de prolongarse hasta fechas en las que la mayor parte de las hembras están preñadas o tienen crías.
Por cierto que la intemporalidad del celo del jabalí podría estar relacionada también con su explosión demográfica, pues se ha detectado que el celo –que de forma natural se producía en enero– se ha extendido a diversas épocas del año, seguramente por la disponibilidad de alimento y las temperaturas benignas.
No hay que olvidar tampoco que el jabalí es una “especie presa”; es decir, su biología está diseñada para soportar la acción directa de una gran presión depredadora. Así lo demuestran sus camadas numerosas (de hasta seis crías) y la rápida maduración sexual de las hembras (de ocho meses a un año).
