Nos adentramos en este artículo en un cartucho que vive una segunda juventud, después de ser protagonista en el conocido como “Salvaje Oeste”.
Historia
Diseñado en 1873, fue adoptado por el ejército norteamericano para el rifle monotiro Springfield "Trapdoor". Originalmente era conocido como .45-70-405, haciendo referencia al calibre .45, los 70 grains de pólvora negra que cargaba y el peso de punta que usaba, nada más y nada menos que 405 grains. La bala era de plomo fundido y era capaz de alcanzar los 1.350 pies/s o lo que es lo mismo, unos 412 m/s. Esto se traducía en una energía de 1.600 libras-pie (221 kg-m), era una de las cargas más potentes disponibles por aquel entonces, estando en servicio durante 19 años.
Fue protagonista de la guerra hispano – estadounidense o Guerra de Cuba en 1898 y parcialmente en la Insurrección en Filipinas (1899 – 1902) consecuencia de la anterior. Problemas de funcionamiento del rifle Springfield durante la guerra y su desigual enfrentamiento con el 7x57 Mauser, motivaron su declive y su desaparición como calibre de dotación militar en favor del primer cartucho de pólvora sin humo adoptado por el ejército de EEUU, el .30- 40 Krag.
Simultáneamente y como consecuencia de su excelente reputación militar, empezó a ser usado por cazadores estadounidenses, lo que motivó una rápida reacción del mercado, apareciendo numerosos rifles de diferentes fabricantes. Los más populares fueron los Remington Rolling Block, los Remington-Keene, los Sharps 1874 "Buffalo Rifle," los Winchester-Hotchkiss, los Winchester Modelo 1885 "High Wall" y los Winchester Modelo 1886. A tenor de sus características se trataba de un cartucho muy potente especialmente efectivo con la fauna más grande y/o peligrosa norteamericana: osos, búfalos, alces y ciervos.
A principios de 1930 se produjo el comienzo del declive en el uso de este cartucho. La razón fue el cese de la producción del mismo por los principales fabricantes de munición, como consecuencia de la eliminación del catálogo de los rifles que lo disparaban. Sólo un pequeño y residual grupo de incondicionales seguidores de la pólvora negra lo mantuvieron con vida. Sería en 1972 cuando la firma norteamericana Marlin, con la aparición de una nueva versión del modelo 1895, relanzaría este calibre. Esta compañía volvía a marcar el paso en rifles de palanca para este cartucho, recordemos que fue el primer fabricante en producir un rifle de palanca en cartucho .45-70, concretamente en su modelo 1881.
Este binomio rifle - cartucho tuvo un inmediato éxito de ventas, debido a que los cazadores estadounidenses lo reconocieron ideal para su fauna más grande a corta distancia. Desde entonces los rifles de palanca parece que afronta una segunda juventud. En 2008 Remington compró Marlin Firearms y en 2013 trasladó la producción de la vieja fábrica en Connecticut a su mega-complejo de Ilion, en el estado de New York. Fue allí donde con maquinaria y utillaje moderno, estos "viejos" rifles alcanzarían un nuevo impulso en su popularidad y por tanto también este emblemático cartucho.
Por otra parte en 1998 también Remington reintrodujo su afamado rifle Número 1 Rolling Block en dicho calibre, sumado a otros rifles de cañón doble y pistolas monotiro de tiro a silueta a larga distancia, incluida una monstruosa derringer, hicieron que en pleno siglo XXI hubiese más armas en este calibre que en su pasada época de esplendor. Sin duda una muy notable resurrección de un cartucho que, si bien no estaba muerto, permanecía prácticamente en el olvido.
Rifle monotiro Springfield "Trapdoor", el primero en emplear el .45-70 Government.
Actualidad
Lógicamente las modernas pólvoras sin humo dan un nuevo impulso al cartucho, dotándole de aún de más contundencia. Además, en la actualidad existen variedad de cargas y puntas que permiten seleccionar el cartucho más adecuado para nuestro tipo de caza. En cualquier caso, en términos generales, este cartucho tiene una distancia efectiva de uso de hasta 200m. Son proyectiles pesados, relativamente lentos y con un bajo coeficiente balístico, aunque muy precisos hasta la distancia antes citada y terriblemente contundentes. Sus capacidades de deformación, destruyendo tejidos y huesos pesados son sobresalientes.
Además, otro aspecto a considerar es la tecnología de proyectiles expansivos, balas como la Core-lokt de Remington o la TSX de punta hueca de cobre de Barnes suponen un muy importante plus adicional en sus ya imponentes capacidades de poder de parada. Estas municiones producen grandes heridas, con buena penetración y abundante sangrado.
Debemos tener presente que la baja velocidad de algunos cartuchos con punta no expansiva, en fauna muy grande y dependiendo de la zona de impacto, puede hacer que algunas presas no caigan abatidas inmediatamente, pudiendo escapar heridas. Es por ello que, para este y otros cartuchos, la mayoría de los estados en USA prohíben la caza de grandes animales con proyectiles no expansivos. Mis preferencias personales se decantan en este calibre por balas expansivas de peso medio (300 grains) y con una velocidad alrededor de los 2000 fps, ya que aunamos una bala muy pesada con una velocidad suficiente para producir un buen nivel de shock hidráulico.
Por otra parte, la mayoría de los rifles recamarados actualmente para este cartucho son de palanca, como los Merlin. Rifles ligeros, cortos, fáciles de portar a pie o caballo, sencillos de montar y disparar. Con este perfil está claro que es un magnífico cartucho para batidas y monterías, su uso por ejemplo en cortaderos sucios es ideal, los jabalís caen literalmente fulminados. O incluso recechos en bosques frondosos, con mucha vegetación, donde las distancias de abate son cortas. Incluso cabría su uso con alguna fauna africana, fundamentalmente grandes antílopes como el eland común, en tiros a relativamente corta distancia.
Esto es posible porque los cartuchos modernos duplican sobradamente en energía a sus homólogos de antaño en pólvora negra, que citábamos en el apartado histórico. Los actuales producen entre 3.000 y 3.600 libras pie de la energía en la boca del cañón, que está a la altura de los requerimientos mínimos exigidos en algunos países para su uso en la caza de animales peligrosos.
Con respecto a su uso decir que sorprende gratamente. Para aquellos que no tengan experiencia con él, podrán comprobar que aun siendo potente es más dócil que la mayoría de los modernos cartuchos Magnum, que en algunos casos pueden llegar a ser desagradables. Esto tiene su mérito más aún si consideramos que los rifles que lo usan suelen ser en términos generales cortos y ligeros. Si se me permite la licencia y salvando las distancias, viene a ser lo que un .45 ACP en arma corta, muy contundente pero de un manejo y retroceso muy nobles.
Un nuevo impulso de la mano del cine
En el año 2015, este icónico cartucho recibió un nuevo empujón a través de esta exitosa película Jurassic World (2015). Dicha cinta tiene al cartucho .45-70 y el rifle Marlin 1895SBL como protagonistas absolutos. En este enlace podrás leer el artículo completo en el que hablamos de este emblemático rifle palanquero. Los aficionados a las armas solemos ser muy críticos con el armamento que vemos en las películas de acción. Aunque en este caso, si evaluamos las situaciones que el protagonista vive en la ficción, veremos que la elección no puede ser más acertada. Para su protección y la de otros necesita un rifle ligero, de rápido manejo que permita una alta cadencia de tiro, preciso, fiable y muy contundente a corta distancia, ya que las presas a abatir son dinosaurios. Cualidades que, como hemos visto, son las señas de identidad del binomio cartucho arma.
Resumen
El .45-70 es un cartucho fascinante, lleno de historia que en la actualidad está muy vivo, no hay muchos cartuchos que puedan hacer gala de su curriculum y permanezcan en activo. Aunque ciertamente tiene sus limitaciones: debemos considerar al .45-70 un cartucho de caza especializado, que sigue siendo un cartucho muy eficaz pero cuando se utiliza en las condiciones adecuadas. Pocos cartuchos modernos poseen el equilibrio entre potencia, retroceso y movilidad que este veterano ofrece.
