Las leyendas de samuráis armados con katanas capaces de cortar cualquier cosa que se pusiera por delante han llegado hasta nuestros días llenas de vitalidad. En muchos casos estas historias tienen una mezcla de verdad, otra mezcla de rumores populares y una pizca de toque comercial. Lo que sí que es un hecho fehaciente, es que los herreros japoneses ya hacían maravillas en sus forjas cuando el resto del mundo todavía gateaba. Gracias a su trabajo, algunos diseños originales han llegado hasta nuestros días, permitiendo a los fabricantes actuales una inspiración única. Este es el caso de la punta Tanto.
El morro de barracuda del Tanto
Lo primero que debemos dejar claro, es que una cosa es el Tantô, un cuchillo de 30 cm, inferior a la Katana y el Wakizashi; y otra lo que entendermos hoy día por punta Tanto.
La historia del Tanto viene ligada a la de la Katana, la famosa espada japonesa, conocida sobre todo por su capacidad cortante. Lo que muchos desconocen es que algunos filos japoneses tenían una descomunal capacidad punzante y penetradora. Para entender este fenómeno tenemos que conocer el término “Kissaki” (punta), que se manifestaba de varias formas según el arma. En concreto nos interesa el “Kamasu Kissaki” (típico del siglo XIV), llamado así por su parecido con el morro de una barracuda.
El Kamasu Kissaki tenía una característica punta perfectamente alineada con la espina de la hoja, que además tenía una forma menos curva de lo acostumbrado en los filos nipones, algo que lo hacía menos propenso a la ruptura. Las puntas de este tipo son similares a un cincel, lo que nos da una idea de la fuerza que poseían. Tanto es así, que los samuráis que empuñaban armas con este tipo de punta conseguían penetrar a menudo las duras armaduras de escamas.
Reinventando Japón: el cuchillo American Tanto
Hablar de cuchillos y no mencionar a Lynn Thompson nos parecía una barbarie. El carismático presidente de Cold Steel es el responsable de la introducción del Tanto en los tiempos modernos.
En los años 80, Cold Steel daba sus primeros coletazos y Thompson necesitaba un producto único. Así nació el “American Tanto”, una reinterpretación del Kamasu Kissaki en la que la punta del cuchillo es aún más pronunciada y romboidal que la del original, otorgando una dureza extrema a la punta de los cuchillos. El resultado era un cuchillo espectacular y exótico, que prácticamente puso a Cold Steel en el mercado.
¿Mejor o peor el cuchillo American Tanto que otros diseños?
Normalmente la respuesta a la pregunta del titular suele ser fácil: cada arma tiene sus virtudes y defectos.
Es cierto que, aparte de las evidentes capacidades estéticas, lo conseguido por el Tanto ya lo hacen otras puntas como la Drop Point, superando su rendimiento en un gran número de ocasiones. Sin embargo, el mérito del Tanto es que su diseño permite alcanzar altos rendimientos con materiales más baratos que los que requieren otras puntas, consiguiendo excelentes cuchillos a precios muy competitivos.
Al final, todo es cuestión de preferencias, pero sin duda, merece conocer la historia detrás de una de las modas más llamativas de la cuchillería actual.
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